Los romanos imitaron el teatro de los griegos, pero mientras que éstos acudían a él para oír opiniones sobre la sociedad y sus conflictos, la mayoría de los romanos, iban al teatro porque no tenían nada mejor que hacer. Querían divertirse y olvidar sus problemas. Las representaciones que veían eran pantomimas, comedias y obras muy violentas y espectaculares.
La
mayoría de los teatros tenían capacidad para 20.000 espectadores.
Los orígenes religiosos del teatro se habían olvidado, y no había
ni altar ni coro. El centro de atención era ahora el escenario. Los
actores llevaban calzado con altas plataformas y grandes máscaras
para parecer más impresionantes.
Desde
el siglo VI a. C., los romanos celebraban las fiestas religiosas y
los grandes acontecimientos con juegos deportivos llamados ludi. Al
principio consistían en ejercicios gimnásticos o en carreras de
cuadrigas, que se desarrollaban a velocidades vertiginosas. Durante
el siglo III a. C. comenzaron a incluirse en los juegos luchas a
muerte entre gladiadores. En las luchas, los gladiadores se
enfrentaban con animales salvajes. También se enviaba a la arena a
prisioneros desarmados.
EL
COLISEO, es el anfiteatro más célebre de Roma, se inauguró en el
año 80 d. C. con una serie de juegos que duraron diez días, durante
los cuales murieron 2.000 gladiadores y 9.000 animales. Cada una de
las 80 entradas del Coliseo conducía a una sección distinta de las
gradas, para facilitar así el acceso de los espectadores a sus
asientos.
La
semana que viene les contaremos como se divertían en China.
Diego
Parra Soler
5º
C.E.I.P. Cuatro Caños