UN TERRIBLE TALÓN.
El Velociraptop tenía unas garras grandes y afiladas en el segundo dedo de sus pies traseros. Mientras caminaba, la garra no tocaba el suelo, pero podía lanzara hacia adelante como un cuchillo para desgarrar a sus presas.
DEFENDERSE O MORIR.
No todo está perdido para este Proceratos. Su afilado pico era una potente arma, con la que cargaba contra su enemigo como lo hacen los rinocerontes.
Luis David Pinargote Cuaical
Reyes Católicos 4º A.