VERA CRISTALIZA TODO EL SENTIMIENTO DEL
RENACIMIENTO, propio de esta centuria. Vera renace de sus ruinas de
una forma épica y se levanta una ciudad nueva en poco más de dos
años. Su construcción es costeada por el mismísimo emperador
Carlos I, con la bendición del Papa León X. La nueva ciudad que se
edificó a partir de 1520 tenía planta cuadrada, cerrada por muros
de tapial guarnecidos por ocho torres con almenas y troneras para la
artillería; se comunicaba con el exterior por dos puertas. Este
recinto se calculó para alojar a unos 600 habitantes, hornos y demás
servicios. En el centro se levantó la iglesia parroquial, que servía
de fortaleza para la defensa de sus vecinos.
HASTA EL PAPA
el mismo emperador comunicó tan triste
nueva a Su Santidad León X, el que considerando milagroso el hecho
de derruirse todos los edificios menos aquel en que se reservaba el
Corpus Dómine, se ofreció a contribuir a su reedificación,
celebrando un jubileo por el que ganaba indulgencias todos aquellos
que visitasen la milagrosa capilla y ayudasen con su óbolo
(donación) la reparación de la iglesia y hospital.
LOS MUDÉJARES, AGRAVIADOS
las condiciones de vida pactadas con la
mayoría mudéjara en las capitulaciones durante los días de la
conquista van a ser progresivamente olvidadas por la Administración
cristiana. Aumento de impuestos, violentas expropiaciones y, sobre
todo, la imposición desde 1501 de la obligatoriedad de bautizarse y
abandonar las prácticas islámicas, crean descontento entre los
moriscos, numerosos en nuestra comarca en Antas, Cuevas, Teresa,
Cabrera, Turre, Bédar y Serena.
LADY YADIRA CHALÁN JAPÓN
COLEGIO REYES CATÓLICOS
CURSO 4ºA